viernes, 30 de mayo de 2008

Cómo se diferencian las relaciones públicas de la publicidad o el mercadeo (Tercera Parte)

Quizá hasta ahora no has entendido del todo la diferencia entre publicidad, mercadeo y relaciones públicas. De hecho no creo que la diferencia después de todo sea tan marcada. Por eso, utilizo las comunicaciones integradas lo cual aprovecho para el beneficio de los PYMES o pequeños y medianos comerciantes.

En términos simples, la publicidad permite técnicas de impacto para anunciarse y llamar la atención, mientras que las relaciones públicas lo hace pero de manera más sutil. Por ejemplo, una compañía que se dedique a vender acondicionadores de aire puede utilizar publicidad como anuncios en los periódicos nacionales con colores y frases llamativas. Mientras que en relaciones públicas, se podría crear un programa de relaciones con la comunidad en la cual se donen acondicionadores de aire a una entidad sin fines de lucro que albergue niños maltratados o ancianos. ¿Ves la diferencia en el enfoque? Ambas, tácticas funcionan pues posicionan al negocio y le dan presencia ante el consumidor.

Por otro lado, el mercadeo se basa en las “4 P”, productos (o servicios), precio, promoción y “place” (lugar de distribución). Las relaciones públicas pueden entrar en cualquiera de las “4 P”, mientras que la publicidad que es la que todos conocen y muchos de los pequeños y medianos negocios acuden como primera opción, entra en un sólo proceso de las “4 P”.

Por ende, los especialistas en mercadeo, deberían contar primero con las relaciones públicas como parte integral de lo que llaman en inglés el “marketing mix”. La publicidad entonces resultará exitosa cuando relaciones públicas le provea un cuadro más amplio de entendimiento del producto o servicio y sus objetivos.
También, las relaciones públicas es la disciplina que busca y vigila la reputación con el propósito de ganar entendimiento y apoyo e influenciar la opinión y el comportamiento de los públicos a su favor. Las relaciones públicas se planifican y se trabajan a base de un constante mantenimiento de lo que llaman “buena fe” y el entendimiento entre las empresas y sus públicos. Por buena fe, se entiende que una PYMES o gran empresa trabajan a favor del público y de forma ética.
Pero, las relaciones públicas no terminan aquí. El relacionista profesional desempeña varias funciones como por ejemplo, escribir comunicados, organizar conferencias de prensa, producir publicaciones o “newsletters”, relacionarse con los medios, establecer y mantener comunicaciones con los empleados, ser portavoz de las empresas, ser entrevistado por la prensa, asistir a conferencias, organizar y coordinar eventos especiales tales como: lanzamientos, convenciones y seminarios, entre otros.
Otros “sombreros” que tiene el relacionista está el de manejo de crisis, “media couching” o adiestramiento para que el cliente sepa cómo proyectarse y hablar correctamente a los medios o en público, coordinar una sesión de fotos o filmación de un documental, vídeo o comercial, relaciones públicas en la Internet, investigación, evaluación, identidad corporativa y planificación estratégica, entre otras funciones. En otras palabras, el relacionista es un camaleón que se adapta a cualquier situación o necesidad que se presente y maneja varias funciones simultáneamente.

¿Quieren saber cuál disciplina es la que prefiero? Bueno, en la cuarta y última parte de este artículo sabrás. Lo mejor es que con estos cuatro artículos podrás tener un cuadro más amplio sobre cómo se diferencian las relaciones públicas, mercadeo y la publicidad y como puedes trabajarlas a tu favor.

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